LOS BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA EN LA ACTUALIDAD

LOS BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN CIENTÍFICA EN LA ACTUALIDAD.

La obra Principios de la Administración Científica es reconocida como pionera en el campo de la Administración, y su autor, Frederick Winslow Taylor, es calificado como el padre de la disciplina, su primer exponente teórico formal, quien se interesó por primera vez en abordar la complejidad inherente al proceso productivo que caracterizaba a las empresas de fines de siglo XIX, principios de siglo XX. La Administración es la disciplina científica que estudia a las organizaciones, intentando descubrir cómo nacen, cómo evolucionan, cuáles son sus objetivos, de qué manera pueden optimizar su gestión, y cuál es su función en la sociedad. Entendemos que estudiar la evolución histórica del pensamiento en Administración adquiere relevancia práctica dado que las distintas teorías, enfoques y escuelas que conforman la disciplina han surgido oportunamente para resolver las problemáticas de las organizaciones de su época. El principal propósito de la administración debiera consistir en asegurar el máximo de prosperidad al empleador, unido al máximo de prosperidad para cada empleado.  La administración científica se define como una metodología que tiene su base en métodos y leyes científicas que permiten aprovechar, de una mejor forma, la jornada laboral evitando pérdidas de tiempo y dinero en el proceso de producción.  Su objetivo fundamental es alcanzar los niveles máximos de productividad y, por lo tanto, de prosperidad. Para ello se enfoca, entre otros puntos, en potenciar la preparación y entrenamiento de los trabajadores, de forma que cada cual se vuelva más eficiente y competitivo. Este esquema no promueve que los empleadores o empresarios alcancen sus cuotas de producción a corto plazo, sino que presupone que, mediante la implementación de esta teoría, logrará el desarrollo de todas las áreas y componentes de su empresa. Esto permitirá alcanzar sólidos niveles de prosperidad en el futuro. Para el empleado, la implementación de este método no significa alcanzar salarios elevados en un corto período de tiempo, pero sí promueve e incentiva al trabajador a ser mejor en su profesión. A ser más productivo, a formarse y superarse cada día y a aprovechar al máximo su tiempo de producción. Todo ello manteniendo altos estándares de calidad y eficiencia. Su buen funcionamiento depende de ciertas condiciones denominadas principios que de acuerdo a lo establecido por Taylor están despojados de la idea de rigidez, no hay nada absoluto. Los principios son flexibles y susceptibles de adaptarse a las necesidades de acuerdo a las circunstancias diversas y cambiantes, hay que saber utilizarlos. Por lo tanto el objetivo de esta investigación es analizar los beneficios y limitaciones de la Administración científica en la actualidad.

Taylor (1911), define al objeto principal de la administración en términos del logro de la máxima prosperidad para el patrón, junto con la máxima prosperidad para cada uno de los empleados. Tal prosperidad no se limita a los dividendos en el caso de los propietarios ni máximos salarios para los empleados, sino que entiende que es la orientación hacia la excelencia empresarial, sustentable en el tiempo, así como la formación del hombre hasta el máximo de su eficiencia (Taylor, 1911). La administración científica se enfocó única y exclusivamente en el estudio y análisis de los cargos y las tareas, y olvidó que las organizaciones estaban formadas por seres humanos y no sólo por funciones y máquinas.

La administración científica se refería al hombre como un ser individual y no como un ser social. El obrero experimentaba una individualización en términos de sus relaciones con sus instrumentos de trabajo, sus compañeros y sus superiores, sin generar un ambiente informal. Se desarrolló una ingeniería humana con una gran escasez de variables, y también con un desequilibrio en las mismas. Se buscaron al máximo las coincidencias entre el funcionamiento de los órganos del hombre con la máquina, al nivel de que el primero formara parte o engranaje de la segunda.

Taylor muestra la transformación del poder ejercido sobre los obreros a partir de los principios administrativos que se han definido gracias al nuevo conocimiento sobre el hombre que trabaja y las características de su trabajo. En cuanto al cambio en la escala del control las investigaciones de Taylor descomponen el cuerpo del obrero de acuerdo con las específicas habilidades que debe manejar según la tarea que cumpla, disponiendo posturas, movimientos e incluso el diseño de herramientas que logren la eficiencia del obrero principalmente al reducir los movimientos innecesarios y superfluos (Cortina, 1994). Del mismo modo, en los estudios de tiempos y movimientos se dispone sobre el obrero un control minúsculo cuyo fin es establecer las condiciones óptimas de trabajo y rendimiento, las cuales, traducidas en leyes científicas, estipulan normativas generales de administración que se fundan en la individualización de los parámetros en los cuales el trabajo debe realizarse y que a la vez funcionan como máximas de orden y regulación en términos de la producción en general.

El Taylorismo, a través de los procesos de organización científica del trabajo, generó un cambio radical del modelo de trabajador artesanal de talleres, con maestros artesanos, alumnos aprendices que recibían el saber a través del aprender-haciendo, y donde la intuición y la experiencia eran las habilidades requeridas.

Es un taylorismo corregido que recibe el nombre de neo-taylorismo que se caracteriza por la descentralización de los trabajos, la diversificación de funciones, y la aplicación de un sistema de refuerzos al trabajador para que mantenga y aumente los niveles de productividad a través de la dirección participativa por objetivos y otras prácticas. (Cortina, 1994). Éstas son llevadas a cabo por los departamentos de recursos humanos, quienes buscan lograr que los trabajadores se sientan integrados en la empresa, motivadas y humanamente satisfechas.

En la actualidad se ha impuesto en numerosas empresas que establecen en su interior un sistema de trabajo basado en sistemas informáticos, que centralizan la planificación, coordinación y control de sus procesos. (Peltz, 2008). Las nuevas tecnologías de la información y comunicación permiten un control más intensivo y extensivo, y por lo tanto, en la organización contemporánea la presencia física del supervisor ya no es necesaria dado que una computadora basta para garantizar un control seguro de las actividades, en tanto que los actuales circuitos de comunicación electrónica superan los límites de los antiguos métodos donde las paredes, persianas y otros dispositivos arquitectónicos constituían un obstáculo.

Entre los principales beneficios tenemos que:

  • Genera mayor especialización en el puesto de trabajo.
  • Genera mayor eficiencia por parte de cada individuo.
  • Plantea una división del trabajo que permitió planificar y obtener mejores resultados.
  • Distingue entre el trabajo manual y el intelectual.
  • Ayuda a disminuir las presiones que solían recaer en un solo trabajador, al designar un jefe por área.
  • Promueve el desarrollo personal a través del estímulo económico como incentivo.

Entre los principales límites tenemos que:

  • El principio de unidad de mando colectivo se desvaneció, lo que originó conflicto entre trabajadores.
  • La comunicación era descendente y el empleado no tenía capacidad técnica para opinar.
  • La participación de los empleados era nula y se promovía la individualidad como mecanismo de eficiencia.

Como conclusión la administración científica busca implementar métodos científicos para los problemas de la administración con el fin de alcanzar la eficiencia industrial. La administración científica no encierra necesariamente ningún precedente, pero consiste en una cierta combinación de elementos que no existían en el pasado, acompañado de un cambio completo en la actitud positiva de los trabajadores y los empleados, no solo con respecto a nosotros, sino también hacia sus respectivos deberes y obligaciones. Todo esto no podría existir en muchos casos sin la ayuda de mecanismos gradualmente desarrollados. Los problemas que estudiaron y analizaron únicamente atacaron el campo de la producción, no se enfocaron a la estructura organizacional como un todo ni mencionaron nada respecto a problemas de comercialización o de finanzas, contables o recursos humanos.

BIBLIOGRAFÍA

Cortina, A. (1994). Ética de la empresa. Madrid: Editorial Trotta.

Peltz, M. (2008). La tecnología comunicativa en la empresa. Tesina: Universidad de Buenos Aires.

Taylor, F. (1911). Principios de la Administración Científica. Buenos Aires: Editorial Ateneo.

 

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